• Buenos Genes

    "La primera belleza que reconocí fue la de mi madre", dijo Estée. Algunos de sus primeros recuerdos eran de la rutina de belleza de su madre, que constantemente se aplicaba cremas nutritivas en el rostro y las manos para mantener su piel suave y tersa. “Las manos [dicen] tanto como cualquier pedigrí escrito", le decía Rose a su hija.

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